La separación es una situación en la que la pareja decide vivir por separado, pero todavía están legalmente casados. La separación puede ser de hecho o judicial. La separación de hecho ocurre cuando la pareja se separa sin seguir ningún proceso legal. La separación judicial, por otro lado, ocurre cuando la pareja presenta una demanda de separación ante un juez, que puede dictar sentencia sobre cuestiones como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia y la distribución de bienes.
El divorcio, por otro lado, es la disolución legal de un matrimonio. Un proceso de divorcio implica la presentación de una demanda de divorcio ante un juez, quien emitirá una sentencia que disolverá el matrimonio y establecerá los términos de la separación, como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia y la distribución de bienes.
Hay algunas diferencias importantes entre la separación y el divorcio que los cónyuges deben tener en cuenta. La separación no pone fin al matrimonio, lo que significa que los cónyuges aún tienen ciertos derechos y responsabilidades legales entre ellos, como el deber de fidelidad. Si uno de los cónyuges muere, el otro cónyuge todavía es considerado legalmente su cónyuge. En cambio, el divorcio pone fin al matrimonio, lo que significa que ambos cónyuges pueden volver a casarse si lo desean.
En cuanto a la pensión alimenticia, los cónyuges pueden solicitar una pensión alimenticia durante el proceso de separación, pero la pensión alimenticia también puede ser acordada en el proceso de divorcio. En ambos casos, la pensión alimenticia se concede en función de la situación financiera de cada cónyuge y de las necesidades de los hijos, si los hay.
En cuanto a la custodia de los hijos, tanto la separación como el divorcio pueden implicar una custodia compartida o una custodia única. En la custodia compartida, los padres comparten la responsabilidad de cuidar a los hijos y tomar decisiones importantes en su vida, mientras que en la custodia única, uno de los padres tiene la responsabilidad principal de cuidar a los hijos. En ambos casos, los padres pueden solicitar una custodia de los hijos durante la separación o el divorcio.
En cuanto a la distribución de bienes, tanto la separación como el divorcio pueden implicar la división de los bienes adquiridos durante el matrimonio. La distribución de bienes se hace de manera equitativa, es decir, que no necesariamente se divide en partes iguales. Sin embargo, en el caso de la separación, los cónyuges aún pueden compartir ciertos bienes, como una cuenta bancaria o una casa, mientras que en el divorcio, los bienes se dividen por completo y cada cónyuge adquiere su propia propiedad.
En resumen, la separación y el divorcio son dos procesos legales diferentes que implican la disolución de un matrimonio. Mientras que la separación implica vivir por separado sin poner fin al matrimonio, el divorcio implica la disolución legal del matrimonio.